"Para que en ningún tiempo y en ningún lugar haya un niño que se sienta distinto". José Moyá Trilla. Neurólogo Infantil. Creador del método CEMEDETE
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jueves, 6 de septiembre de 2012

DESARROLLO DEL SISTEMA RITMICO


Qué es ritmo? "La capacidad de nuestro sistema nervioso para recibir estímulos, tanto del mundo interior como del mundo exterior, de forma ordenada para poder dar una respuesta ordenada". (Dr. Rodolfo Lamarca López)
Desde siempre el ritmo se ha introducido en la educación como un elemento indisolublemente unido a la música y al movimiento.

Este libro que os presento, expone las experiencias de un equipo multidisciplinario acerca de la estimulación de la aptitud del ritmo durante las tres primeras etapas del desarrollo (Neonatal, Suelo, Bipedestación).



jueves, 13 de octubre de 2011

JUEGOS QUE ESTIMULAN EL ARRASTRADO Y EL GATEO

La vida de un gateador puede ser muy divertida, tanto para el niño como para los padres.

Muchas veces encuentro niños que no quieren estar en el suelo. Los padres entonces te comentan "Es él, él es el que quiere ponerse de pie", "No quiere estar en el suelo, cada vez que lo pongo llora", "Es que quiere andar"...

Lo que debemos preguntarnos entonces es  ¿Y por qué?

Es posible que el niño no esté encontrando el suelo lo suficientemente estimulante y divertido.
Posiblemente los adultos y niños de su alrededor nunca "bajen" a su nivel para establecer un espacio coloquial, de comunicación, de juego y entonces sea el pequeño el que, para poder encontrarse con ellos, deba "subir" al nivel de los mayores.

¿Qué pasaría si nos ponemos todos a jugar en el suelo? Si en el salón, o donde acostumbramos a estar en familia, adecuamos un espacio atrayente, estimulante, divertido y nosotros empezamos a jugar allí y hacer nuestro espacio coloquial-familiar en este lugar...¿No querría estar en el suelo?

Vamos a intentarlo, vamos a hacerlo ameno y con una carga emocional y de comunicación válida. Una vez que aprenda a estar allí jugando, que consiga arrastrarse y gatear, ya no habrá quien lo pare y se divertirá tanto moviéndose por toda la casa, investigando nuevos horizontes....por debajo de la silla, por detrás de la mesa, por encima de los almohadones.....disfrutará con su propio cuerpo, poniéndose a prueba constantemente y superándose día a día...es tan reconfortante, y sube tanto su autoestima, que ¡sería una pena no darles esa oportunidad.

Además de ser buenísimo para su desarrollo tanto físico, como biológico, como psicológico, tú te divertirás mucho y ¡es muy barato!

Vamos a ver algunas ideas:


Coge una caja grande de cartón, de las que hay en cualquier supermercado (si la pides a algún empleado, con gusto te la darán), cuanto más grande mejor, y sólo con abrirla por los lados para que quede como una cueva, un túnel. Que  vea como pasas tú, como apareces y desapareces, desde el otro lado le haces cu-cu, vuelves hacia él....







La caja puede convertirse en tren, puedes meterlo dentro y empujar o estirar de ella, puedes decorarlo, que él te ayude, podéis hacer el ruidito del tren, cantar el chucuchu...atarle un cordel y meterle cosas para que él mismo la estire o la empuje...





La caja puede convertirse en una casa si le haces unas ventanitas y una puerta de entrada, no hace falta ser ningún artista, ellos sólo quieren ver que estás con ellos y para ellos. Se convertirá en su escondite preferido, cerrará y abrirá las puertas y ventanas, jugará a aparecer y desaparecer, todo lo que encuentre se lo llevará a su refugio....Todo se convierte así en movimiento...en ilusión, imaginación...



O simplemente déjale una caja (o varias) y a ver qué es lo que hace con ella, seguro que aprendes un  montón de cosas que nunca antes se te habían ocurrido.... ¡Poned a volar la imaginación!





Puedes llenar una funda nórdica con globos o almohadones y jugar a pasar sobre ella, nadando, como un cocodrilo. Es muy divertido, a veces explotan...¡Uy, que susto!





Con telas, "alfombra" infantil, piezas encajables, cajas...puedes hacer túneles. Puedes aprovechar las sillas y mesas para darles forma y de paso evitar que se hagan daño  al pasar por debajo de las mismas.


Con cojines del sofá, o de la cama, con los almohadones, con algún colchón que no se usa puedes montar un tapiz blando y jugar a revolcaros por él sin miedo a los golpes, una vez sepa subir y bajar, le encantará. También podéis hacer una gincana, un camino, un puente, etc. y estimularle para que lleve sus juguetes de un sitio para otro.

Estas son sólo unas pocas ideas para ayudar a tu hijo, desde casa, a desarrollar su psicomotricidad.
 
Un buen desarrollo psicomotriz  es muy importante para evitar muchos  de los problemas relacionados con la primera infancia y el fracaso escolar: dificultades con la lectoescritura, problemas de ritmo y control, problemas de visión, problemas de comunicación, de atención, de relación….



miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Suelo?, ¿Y qué significa "suelo"?

Siempre recomiendo a  los papás dejar al niño en el suelo a partir del III Nivel de Desarrollo (un niño sano lo alcanza alrededor del 4º mes de vida), cuando ya es capaz de voltear, o está cerca de conseguirlo. Esto es, cuando con la mirada es capaz de asir el objeto, ya es capaz de verlo, desearlo y por tanto intentar alcanzarlo. Pero creo que el concepto “suelo” no logro hacerlo entender.

El suelo es el gran maestro del movimiento del niñ@, pues le ofrece a éste la necesidad de moverse por sí mismo al mismo tiempo que la posibilidad de desplazarse sin esperar a que le muevan la sillita o que al adulto que le lleva en brazos se desplace.

Por otra parte, el suelo, con su dureza, además de ser un gran estimulante de cambios posturales, evita muchas de las deformidades que tienen su origen en la primera infancia.

Es un ambiente de relación muy rico en experiencias, aunque debemos evitar o vigilar los grandes enfriamientos y la existencia de cuerpos peligrosos que pudieran provocar traumatismos o accidentes importantes.

Con la alfombra, manta o moqueta debemos aislar del frío al bebe de niveles IV, V, VI. A partir de este nivel será difícil conseguirlo, dado que la capacidad motriz  del propio niño le permitirá desplazarse prácticamente por la superficie de toda la casa. Pero, por otra parte su estructura defensiva y adaptativa ya está más madura y resulta para él menos problemático adaptarse al frío. (Ver vídeo de bebe arrastrador)

A medida en que le niño avanza en su evolución, cada vez está más horas despierto durante el día. La mayor parte de estas horas debe pasarlas en el suelo.


El suelo es su mundo y su campo de intereses. Los adultos, los educadores, debemos de establecer la mayor parte de formas de relación también en el suelo.
Es decir, para encontrarnos con ese bebe debemos bajar a su mundo en lugar de limitarnos siempre a cogerle en brazos o sujetarle sobre nuestras piernas cuando estamos sentados.

Sólo de esa forma conseguiremos que el bebe goce de una etapa de suelo suficientemente rica en contenidos y suficientemente prolongada de tiempos de vivencia.

Si no lo hacemos así, el bebe, muy pronto, forzando su propia estructura y creando una disarmonía en su propio desarrollo usará cualquier recurso para ponerse de pie mucho antes de estar suficientemente preparado para ello, y lo hará buscando el mundo de relación que es su primer centro de interés, dado que en él se siente y se vive a sí mismo como reflejo de la vivencia y la dinámica de los demás.

Así pues, durante esta etapa, la vida en el suelo adquiere una categoría superior a cualquier ejercicio o juego. La vida en el suelo se convierte en el “lugar de vida”, en el terreno donde asientan y tienen lugar todas la experiencias.

No debemos tomarlo como algo que hay que hacer un ratito al día. El bebe de nivel VIII (gateador nato) puede y debe estar unas 7 horas al día en el suelo, la mayor parte de las cuales debe estar acompañado por un adulto, su educador o educadores, con los cuales se identifica y establece una relación de comunicación que le presta la base fundamental para el desarrollo de su corporeidad y del resto de los elementos que configuran todo su proceso madurativo.

Desaconsejamos y consideramos altamente peligroso forzar cualquier tipo de postura que el niño no pueda adoptar por sí mismo (sentado, ponerse en pie) ya sea con la participación de un adulto que coloca al niño en esa postura, ya sea  con el uso de instrumentos pensados para este fin (cierto tipo de juguetes, andadores, parques, silloncitos o sillitas, almohadones, etc.)

lunes, 11 de julio de 2011

DEJA QUE TU NIÑO GATEE

 Este artículo lo encontré hace mucho tiempo y la verdad es que me gustó mucho. A la espera de que me decida a escribir, os lo adjunto, porque creo que es realmente importante. Estoy viendo muchas mamás, amigas, que me preguntan si es tan importante el gateo, que a su bebe le cuesta mucho. Yo siempre les digo "paciencia, que vale la pena".

Poned a vuestros bebes en el suelo a ratitos,  lo antes posible (a partir de los 3-4 meses). Fuera los
parquecitos, no los sentéis antes de tiempo, rodeadle de sus juguetes favoritos y quédate junto a él en el suelo...poco a poco iréis viendo que va organizando su movimiento en pos de sus deseos, que pueden ser de lo más variado: sus juguetes, su chupete, las sombras o luces, el bibe o incluso, o sobretodo, TÚ.





Cada vez nuestros chiquitines gatean menos. ¿Sabías que el gateo desarrolla la visión, el equilibrio, la manualidad, la medida del medio y su adaptación, además de otras importantes funciones en un solo ejercicio? ¿No? Pues al suelo, bebé.
 
Es importante para su desarrollo, deja que tu niño gatee.

La mayoría de los niños no gatean. Inmediatamente se les pone de pie. “Normalmente no les damos la oportunidad de estar en el suelo porque están en tacatacas, parquecitos, sillitas, los brazos de mamá, etc.”, señala Carlos Gardeta, experto en estimulación multisensorial y director de los Institutos Fay.

Menos el lenguaje y la audición, el gateo desarrolla la visión, la tactilidad, el equilibrio, la propioacepción, el movimiento grueso o desplazamiento con nuestro cuerpo y el movimiento fino o manualidad en un solo ejercicio. Además integra los diferentes subsistemas del movimiento, que otros movimientos muchos más complejos, como andar, correr, jugar al fútbol o al tenis, añade Gardeta.

POR QUÉ ES IMPORTANTE EL GATEO

Crea rutas de información.
Conecta los hemisferios cerebrales.
El gateo es una base fundamental para el desarrollo educativo del niño. Crea rutas de información neurológicas entre los dos hemisferios, es decir, facilita el paso de información de un hemisferio a otro. Las rutas creadas no sólo valen para funciones del movimiento sino que son precursoras de conexiones que servirán para crear otras conexiones entre los dos hemisferios para funciones cognitivas, destaca Gardeta.

Sincroniza el brazo con el pie del lado contrario.
Desarrolla el patrón cruzado.
Es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado del ser humano. Implica que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho. Se llama patrón cruzado porque hay dos ejes cruzados, y mediante el apoyo en equilibrio sobre las dos extremidades opuestas de uno se pueden desplazar las dos del otro eje y encontrarles  nuevos puntos de apoyo que serán la base del siguiente desplazamiento.
Una consecuencia importantísima es que ese movimiento implica que el de las caderas y el de los hombros, que se mueven al avanzar gateando crea una rotación relativa de la columna tonificando los músculos que permitirán mantenerla erecta cuando el niño se ponga de pie.

Permite saber dónde están las partes del cuerpo.
Desarrolla el sistema vestibular.
Este sistema manda señales de los dos laberintos del oído al cerebelo para saber en qué posición está constantemente la cabeza. Así permite luego referenciar (colocar) todo el cuerpo respecto a esa posición. Es la llamada propioacepción o saber dónde están los puntos del cuerpo, lo que permite moverlo, ya que sabemos donde está al principio y al final de cada movimiento, explica Gardeta. El niño, al saber cuál es su posición en el laberinto, que es única, sabe dónde está su cabeza, y coloca en su imagen cerebral toda la información que va recibiendo. Imagina que tienes una pierna dormida, que no manda información al cerebro o si lo hace, no llega al no tener riego sanguíneo. No puedes andar porque no sabes dónde está la pierna.

Posibilita el enfoque de los ojos.
Desarrolla la convergencia visual.
Al mirar al suelo, el niño converge o enfoca los dos ojos a un mismo punto, a corta distancia. Cuando mira adónde va, a unos 3 metros por lo menos, coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Es un ejercicio muscular fantástico para los ojos que facilita la acomodación visual, dice Gardeta. Según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños. También parece que los ojos vagos están relacionados con un mal desarrollo de las convergencias.

Siente el tacto y luego podrá asir objetos.
Desarrolla la oposición cortical.
En el gateo, la cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El niño siente la tactilidad de la palma que ve, fundamental para desarrollar luego la oposición cortical del dedo gordo de la mano, oponiéndose a los otros cuatro dedos, expone Gardeta. Esa función en una mano es la que permite asir los objetos, la manualidad fina, esencial para luego poder escribir. Al masajear la palma de la mano envía información al cerebro de dónde está la palma y de cómo al moverla para apoyarse va sintiendo diferentes sensaciones.

Se adapta al medio.
Le ayuda a medir el mundo que le rodea.
“La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental -la braza- en todas las civilizaciones”, explica Gardeta. “Con esa nueva medida corporal, el niño mide el mundo circundante y se adapta al medio, porque lo mide constantemente y va retomando información”. Si entras de mayor en una casa donde pasaste la infancia, te parece más pequeña de lo que era para ti porque entonces, tu medida de braza, era menor.



Un hemisferio será el dominante Ayuda a establecer la futura lateralización.
En el nivel de desarrollo posterior al gateo, comienzan los primeros procesos de lateralización. Es necesario que uno de los hemisferios se convierta en el dominante y el otro en el subdominante o servidor, para no tener que operar con ambos a la vez. Al conectar los dos hemisferios gracias al gateo, se facilita acudir más rápidamente a funciones más complejas que requieren de ambos hemisferios y de áreas cerebrales no simétricas y diferenciadas. Un niño pequeño que va a coger una naranja echa las dos manos a la vez. Una misma orden llega simultáneamente a cada uno de los dos hemisferios. Un niño con un nivel de organización superior coge la naranja con una mano o con otra, dependiendo de si está a un lado o a otro o si es más diestro o zurdo.

DISTINTOS NIVELES, TODOS NECESARIOS

El primer nivel de organización cerebral del movimiento es mover los miembros del cuerpo por separado, lo que hacen los bebés en la cuna.

El segundo es el arrastre sobre el suelo. Los niños se impulsan con uno o ambos brazos o con una o ambas piernas. Esa fase culmina en el arrastre en patrón cruzado, donde empiezan a establecerse conexiones a través del cuerpo calloso cerebral (la estructura que posibilita la coordinación entre los dos hemisferios) para que aparezca el gateo, que es el siguiente nivel de organización. Si el gateo se desarrolla correctamente se favorecen conexiones futuras de otro tipo entre los dos hemisferios, que posibilitan las funciones correctas cognitivas y de movimiento.

CÓMO INFLUYE EN LA ANATOMÍA
Al gatear, el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de los hombros, de la columna vertebral, del fémur y la cadera. Aprende la oposición a la gravedad. La formación de la articulación de las caderas, que realiza con el arrastre y el gateo, es fundamental para cuando se ponga de pie, pueda sustentar sobre esas articulaciones el peso del cuerpo. Y la función hace que los huesos se calcifiquen, asegura Gardeta.
Que siga gateando.

¿LE PASA ESTO A TU PEQUE?
En el gateo el niño se apoya en dos puntos. Para ponerse de pie tiene que estar bien organizado cerebralmente para apoyarse en un punto y mantener el equilibrio. “Es muy típico que los niños que se ponen de pie sin tener desarrollado todo el sistema, se queden como confundidos o mareados, miren alrededor, se sorprendan de que no logran mantener la posición, bajen al suelo y pasen una temporada gateando como locos hasta que vuelven a ponerse otra vez de pie”, recalca Gardeta.

CURIOSIDAD: CUÁNDO EMPEZÓ
“Históricamente, el gateo sólo fue posible con el asentamiento de pueblos nómadas”, afirma Gardeta. “Tener un suelo limpio y seguro para el niño se ha conseguido muy recientemente en la evolución humana. En los pueblos primitivos, dejar un niño en el suelo suponía su muerte, porque se ponía al alcance de los alacranes, serpientes, etc.”. Hasta mediados del siglo pasado, las madres echaban una mantita en el suelo y echaban al niño. Hoy existen demasiados aparatos y cachivaches que evitan que el niño gatee por el suelo.

CÓMO PROMOVER EL GATEO
El gateo a veces se utiliza como gimnasia. Pero no hay ninguna línea o escuela que lo fomente como mecanismo de desarrollo de la organización cerebral infantil. Se sabe que el movimiento tiene una importancia esencial pero no se fomenta como se debería, dice Gardeta.

Busca un suelo limpio, seguro, acogedor, no frío, y mantén a tu peque el mayor tiempo posible en el suelo, por ejemplo, una hora al día. El solito empezará a aprender. También hay técnicas de estimulación para que aprenda primero a arrastrarse y luego a gatear.
No le fuerces a ponerse de pie. Si no está preparado le crea inseguridad, concuerdan los expertos. Es consciente de que le pones un desafío para el cual no está preparado y fracasa. Lo mejor es que empiece a andar por sí solo, primero dos pasitos, luego tres… “Poner de pie al niño, sentarle en una sillita o montarle en un tacataca, sin que tenga la musculatura preparada para mantener el tronco erecto, hace trabajar incorrectamente a un sistema que no está maduro”, afirma Gardeta.
Uno de los sitios que le hace ponerse de pie es el corralito porque no puede gatear. “No está mal tenerlo un ratito ahí pero luego hay que dejar que el niño gatee, recorra la casa, que es lo mejor. Utiliza el cochecito para llevar al niño de un sitio a otro cuando todavía no ha llegado a andar”,  pero evita abusar de estos y otros aparatos que retardan el desarrollo del movimiento, aconseja Gardeta.

Lo mejor es madurar y asentar cada una de las fases anteriores al andar, que son arrastrarse y gatear. Si estas fases han sido desarrolladas correctamente, cuando el niño se ponga de pie, no tendrá problemas. Ahora los niños no tienen experiencia de luchar contra la gravedad progresivamente y utilizar funciones que luego constituirán su movimiento, explica Gardeta. Si no gatean no es que no se logre la organización cerebral pero se retrasará el desarrollo.
Gatear con una pelota es mucho más efectivo que poner una alfombra colorida en el suelo, porque cuando el niño es capaz de converger con los dos ojos, el proceso superior es el seguimiento visual y seguido de desplazamiento de un objeto que se mueve, aclara Gardeta.

¿CÚANDO DEJARÁ DE GATEAR?
Cuando el sistema de funciones cerebrales necesarias esté lo suficientemente maduro por sí mismas o convenientemente estimuladas, el propio niño se pondrá de pie, señala Gardeta. Los primeros pasos suelen aparecer alrededor al año de vida, señala Gardeta. “Entre los 16 meses y los dos años se afirma la bipedestación. Pero no pasa nada porque gateen.

SITUACIONES ESPECIALES
En niños con problemas, los Institutos Fay usan la técnica del gateo para la organización neurológica en múltiples situaciones: problemas visuales, de coordinación, cuando las caderas no están formadas por falta de oportunidad, en malformación o no formación del cuerpo calloso cerebral, etc.
 

http://www.institutosfay.com/#Escena_1

lunes, 21 de marzo de 2011

PSICOMOTRICIDAD. EL ARRASTRADO


Todos aquellos que nos dedicamos al mundo infantil, ya sea con niños con trastorno como con los que no lo tienen, sabemos de la importancia de un buen desarrollo motor como base de una estructura mental sólida y equilibrada.

Basta con dejar al niño libre en el suelo, relativamente cómodo, con sus juguetes favoritos como estímulo y mamá o papá cerca para ofrecerle seguridad y todo se desarrolla de forma tan natural como esta que vais a ver en el siguiente vídeo.

Sólo cuando se sospecha que el niño tiene alguna dificultad es cuando tenemos que actuar de una forma más específica.







Carolina Ruz
Pedagoga terapéutica