"Para que en ningún tiempo y en ningún lugar haya un niño que se sienta distinto". José Moyá Trilla. Neurólogo Infantil. Creador del método CEMEDETE

sábado, 16 de julio de 2011

Viaje en tren. Historias de una educadora


El otro día iba con uno de mis niños en el tren.

Mi objetivo como educadora es que aprenda a comportarse como cualquiera de nosotros; pero... ¿ser un “niño distinto” da carta blanca para no hacerlo?

La cuestión es que por una cosa o por otra, la reacción de los que nos observan no es siempre  la que yo desearía.


El trayecto es largo pero tenemos suerte y los dos vamos sentados. Cada uno tiene un libro  pero mi niño ya se ha aburrido.

Entonces intenta “divertirse” llamando la atención del resto de pasajeros. Lanza miradas, fascina con su sonrisa, proyecta besos y reparte pataditas.
Mi gesto es de total desaprobación y le digo:
-“Mira a ese chico ¿va molestando a otros? Has de comportarte”.
La chica de enfrente sonríe y dice:
-“Tranquila, si no pasa nada”.
Dentro de mi pienso:  ¡¡¡¡Cómo que no!!!!   Esta chica tan simpática ¿dejaría que un niño de diez años le diera pataditas en el tren? Yo creo que no 
Mi niño se sonríe, se siente vencedor, me mira y vuelve a intentarlo.
Me levanto. “Si no eres capaz de ir sentado tranquilamente te quedarás de pie”. Se enfada y lloriquea pero obedece.

Todos nos miran pensando “¡pobrecito, déjalo!”, al darse cuenta de esto, hace su gran representación. Se tira al suelo y.....pataleta de las grandes!!!
Yo estoy muy tranquila, voy a mi asiento de nuevo con cara muy seria, decepcionada, pero muy serena. Todos me miran con curiosidad he roto sus esquemas.  
Mi niño piensa: “Eh, ¿A dónde vas? ¿No te emociono?” , “¡pues si no te emociono no merece la pena!!”


Entonces se levanta del suelo y se queda tranquilo esperando, como cualquier otro, a que llegue su parada. Ya nadie nos mira y aprovecho este momento para “levantarme, ponerme a su lado, aceptar su mirada en mis ojos pero sin sonreírle.
Quiero que se sienta acompañado y perdonado pero que le quede claro cual debe ser su comportamiento.
En este momento creo que “este partido lo vamos a ganar”
¡¡¡¡He conseguido mi objetivo!!!!                                                                                                
Es entonces cuando una señora se levanta de su asiento para darle un caramelo.

Yo comprendo a la señora, comprendo a los viajeros del tren y comprendo a todo el mundo, pero pienso que hoy, no he logrado mi objetivo.

Al principio os he expresado cual era mi objetivo.
En realidad, mi niño: 
a) No se ha portado como él sabe que debe hacerlo
b)  No se ha portado bien  siendo capaz de hacerlo
c)  Ha sido corregido y le he recordado su obligación pero
d) Mi niño ha conseguido “aliados” que le han hecho sentir (que es su manera de conocer o saber) que no había “perdido la batalla”.

Y con su deliciosa sonrisa me dirigió una mirada cómplice en el fondo de la cual pude leer 

- ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡  E S T E   P A R T I D O   L O   H E    G A N A D O    Y O  ! ! ! ! ! ! ! !

Sonreí, le devolví la mirada y la sonrisa y en el fondo de mis ojos verdes mi niño leyó

- “¡V a l e! .... ¡¡p e r o    m a ñ a n a     j u g a r e m o s    o t r o!!”



Carolina Ruz
Pedagoga terapéutica
 

2 comentarios:

  1. me encanta el articulo, pero ¿como consigues olvidarte del resto de personas que estan a tu alrededor, de la opinion publica?? ¿como consigues que otros adultos que cuidan a tu hijo hagan las mismas pautas frente a los mismos comportamientos??

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  2. La verdad es que no siempre lo consigo, aunque lo intento.

    Supongo que el secreto es amar mucho al niño que tienes en tus manos y tener la certeza absoluta de que lo que estás haciendo es lo mejor para él/ella. Nosotros somos un equipo y confío plenamente en la persona que lo dirige y eso da muchísima seguridad a la hora de enfrentarse a estas situaciones del día a día.

    En cuanto a cómo hacer que las personas que tratan a tu hijo lo hagan de la forma que tú deseas....pues supongo que convenciéndolas de que ese es el camino a seguir, lo mejor para el pequeñ@. Si eso no lo resuelve, Y CREES QUE ES CRUCIAL en su desarrollo, lo mejor es poner distancia y que el contacto sea menor para que tenga poca influencia sobre él. Pero si realmente es algo tan importante y trascendente consultaría con un profesional que conociera más a fondo todo el enclave familiar, al niñ@, la situación...antes de tomar una decisión tan drástica.

    Un abrazo y gracias

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